Viviendo... Comprendí que nadie te compra la
vida, ni tu alma gemela, ni tus amigos,
ni siquiera uno mismo puede, y por triste que
suene, nunca sabemos si estamos escribiendo por última vez, si besamos por última vez, si abrazamos por
última vez. Todo llega a su fin, como
miles de canciones que se pronuncian. Y tengo
miedo de eso. Aún soy demasiado joven. Pero más miedo tengo de dame cuenta que no he vivido lo suficiente como para reír más, conocer más personas y de paso,
darme cuenta del tiempo que perdí con
otras. Y quizás todos tengamos el mismo
miedo si nos ponemos a pensar... ¿Y si no lloramos
lo suficiente como para desahogarnos por completo? ¿Y si nos falta amar más? O peor aún... ¿Y si todavía
no amamos ni nos sentimos amados aún? Sé que tengo mucho que contar, que disfrutar, y por alcanzar. Incluso
seguro que todavía le debo pedir perdón a
alguien y dar un abrazo pendiente. Llorar
de emoción. Comer más de las cosas que me gustan.
No enojarme tanto, gritar un poco más. Armar nuevos planes, y cumplir un
itinerario repleto de deseos. Hoy quiero vivir
lo mejor posible. Hoy quiero levantarme con el pie derecho siempre (o al menos lo intentaría). Hoy quiero
aprender más, conocer más. Quiero vivir
sin pensar en un límite de tiempo ni en
una fecha de vencimiento.
Pero por sobre todo, hoy quiero vivir la vida tal cual me tocó vivirla.